martes, 21 de julio de 2009

DESCRIPICION DE UN VIAJE EN MICROBUS

DESCRIPICION DE UN VIAJE EN MICROBUS

No me puedo quejar. Cada mañana camino hacia la pista malparchada, espero un rato, levanto el brazo y subo al pequeño gran asesino del ambiente en cuatro llantas con su espada alzada de humo negro. De pie y sosteniéndome del pasamanos espero que avance con rumbo a Colmena. Veo putas muy temprano cuando por Colón cruzo. Y a piratas en Wilson por el centro Cívico. Veo afiches y un concierto esperado. Mucha gente caminando rápido. Parejas de la mano, vendedores ambulantes y deambulando los estudiantes pasean sus textos y diarios. El claxon de mierda interrumpe mi concentración severa en el desorden de mi camino. La tomba de tránsito detiene mi viaje nada sereno.
El conductor experimentado acróbata puede sortear los obstáculos satisfactoriamente. Veo los juegos de video que a jóvenes ilumina la mente. Y mi paradero próximo solo me hace concluir que el Cercado será igual que de costumbre tan dejado como siempre.

De regreso.
La radio se enciende y el conductor amenaza con su estilo para tatuar en mi oído la represión omnisapiente. La ambulancia al lado canta su canción de prostituta en desgracia al caerle el serenazgo. Los azules en su camión de estiércol se levantan cuanto pobre vendedor ven. Jalan sin asco, roban sin compasión tenerles. Y los tiernos niños completamente sucios y des protegidos le roban a las señoritas estudiantes y huecas las "carteritas de estudio”, el walkman de rigor con que acompañan sus lecciones. El policía obeso silbando, mirando, a todos lados y vigilando a la hembrita que va a proteger. Los tipos tontos solos y los vivos en busca de presas Los SUBTE gobernando el mundo a escondidas en cada paso. Una flaca simpática distrae las miradas de los transeúntes. El Parque de Lima va vomitando sangre tibia y nueva revestida de cursos provechosos a largísimo plazo. Sabe un muchacho con su bolsita negra de caramelos. Pide su moneda pequeña. Pide comprensión. Lo veo. Estoy misio, solo tengo para el pasaje. El joven baja resentido mentando la madre. Llegamos a la famosa y bien ponderada Avenida Grau. Veo más putas en la calle. La mayor parte ya marcó tarjeta Y sus managers van vigilando su labor tan discreta. El Cine Teatro enciende sus coloreadas luces y, cual madre amorosa, acoge a los estudiantes responsables y algunos escolares ignorantes. Los autos varados están a metros de llegar a la más recorrida, una de las más conocidas y pedidas, la Avenida Abancay. El cobrador de cabello largo parece medio cabro. Los arbitrios se marketean en las pancartas. En cada cuadra nos recuerdan nuestra triste condena tributraria absolutamente injusta. El seguro repleto de gente de día, de noche que sale siempre con más dolores y penas, amargas angustias y enconados pesares. Son ellas quienes suben con sus bolsitas a los carros.
Paso por mi alma mater. Mejor no digo nada.
Otro ratero se bajo los lentes de un imbécil dormido en el carro con la ventana abierta. Niños, jóvenes y adultos meando en la vía pública o regando los pequeños árboles cerca al baño que la municipalidad puso de adorno para tapar algún gran bache de la pista memorable.
Los alumnos de San Fernando, tan ricos y deseables, con un "futuro por delante" dice la morgue que amante los custodia y quien brinda sus frutos para las practicas sin demora.
Más baches ¡Carajo! No dejan escribir mi relato.
Llegamos a Aviación, reino de cachineros, reducidores y más rateros a tiempo completo. Ellos se van despidiendo de sus labores cotidianas, dejando tanta basura a su paso que de la pista no se ve nada. Toda ella sale de mi vista.
Bajo del carro pagando "medio pasaje" Como de costumbre jode el cobrador hipócritamente indignado. Al fin de él me libro y me despido del tour del día a día algo malhumorado, con mi cuaderno en la mano y pensando: - Mañana volveré a tus calles, mi reina de diamantes, acariciaré con mis zapatos SUCIOS tus negras mejillas, me quejaré de tus pirañas y las riñas, de los tombos cojudos y las policías femeninas, de las combis de mierda y sus cobradores de porquería, de toda la gente que encima tuyo vive su vida, de todo y de todos pues solo soy, mi respetable y querida, un ciudadano limeño más que pasea por tus calles y muy en el fondo vive de ti asqueado o algo enamorado, aunque de ti reniegue perla plateada, mi dulce y delicada prostituta usada .
Al Cercado de lima